EL PIROPO QUE ME HIZO REGRESAR A CASA
Actualizado: 21 jun 2023
“Esto sucedió cuando tenía 26 años y estaba cerca a la parada de autobús, yo solo iba caminando en un día caluroso rumbo a mi trabajo”
Recuerdo esto como si fuera ayer, era un miércoles por la mañana cerca de las 8 a.m., algo normal en mi vida, hacia inusualmente calor para la ciudad en donde vivo y como era un día laboral decidí usar algo casual pero fresco, comencé mi mañana como cualquiera otra, tome una ducha y me puse la ropa que había elegido, baje a desayunar y una vez eso procedí a salir de mi casa y tomar el autobús. Para darte una idea mi casa estaba a cuatro cuadras la parada, en aquel entonces vivía en una casa grande con 4 amigas, pero era una zona muy segura, vivían familias con niños y parejas de abuelos, teníamos una panadería cerca y cositas así, bastante normal.
Puedo decir que era una colonia tranquila, había un taller mecánico y un Oxxo cerca (ojo, estos son datos importantes), pero usualmente todos son muy respetuosos. El día en cuestión siguió, dieron las 8:30 a.m. y salía de mi casa. Lo que paso después fue algo que me hizo sentir muy incómoda, insegura y, sobre todo me hizo sentir vulnerable ante un posible manoseo (muchas sabrán a que me refiero).
Fueron las cuatro cuadras más tormentosas de mi vida, en mi camino me tope un grupo de 3 muchachos fuera de la panadería, pase a un padre con su hijo que estaban fuera de su casa un poco más delante de dicha panadería y en el Oxxo se veían 2 señores esperando su autobús.
¿QUÉ PASO?
Antes de eso, déjame detallarte cómo iba vestida, como te conté al principio yo iba a trabajar y hacía mucho calor, el código de vestimenta de mi trabajo es bastante flexible, por lo cual opté por ponerme; un short corto de vestir color amarillo, una blusa de holanes blanca de tirantes y de calzado llevaba unas sandalias de tacón cuadrado color café y mi bolsa café, misma donde traía un chal de tela ligera por si refrescaba en la tarde, ahora bien soy una mujer que prefiere el cabello corto, así que puedes imaginarme de esa manera.
Con esa imagen en mente, lo que sucedió fue que el grupo de muchachos empezó a decirme “piropos” del tipo:
· Mamacita a donde tan arreglada,
· Te llevamos a donde vayas solo déjame agarrarte una nalga (se empiezan a reír entre ellos),
· Que rico lo mueves,
· Sh! Sh! Sh! Voltea que te estoy hablando (alza la voz uno de ellos),
· Al final otro de ellos me chiflo.
Yo los ignore porque no me iba a poner a pelear con 3 tipos groseros ateniendo a que en verdad me hicieran algo, por ello seguí caminando con un nudo en la garganta del coraje que me dio todo lo que me decían, para cuando llegue a la altura del señor con su hijo lo que él me dijo fue:
· No quieres venir a cuidar a mi hijo, te pagare bien.
· Le hace falta una mamá, te digo que vengas (él sonríe),
· OYE te habla mi hijo, se llama Raúl (me grita cuando ve que lo ignoro).
Obviamente en ese punto me volteé a mirar firmemente al señor y le dije que, por personas como él había más niños acosadores, que lo iba a denunciar a la policía total ya sabía dónde vivía él, acto seguido me dijo EXAGERADA, que solo me estaba haciendo un cumplido y se metió a su casa con su hijo. Me di la vuelta y seguí caminando, pero ya iba con los ojos llorosos, cuando estaba a nada de la parada, note como los señores que estaban ahí seguían mirándome descaradamente la entrepierna, ese fue el punto donde no pude más, me les quede mirando y negué con la cabeza, me di la media vuelta, rodee la calle por donde había pasado, solo para recibir más miradas y palabras del tipo que me veía muy bien, que porque no sonreía más y así.
Llegue a mi casa nuevamente subí corriendo a ponerme un pantalón, unos flats (zapato de piso) y cambie mi blusa por una camisa de vestir floreada de mangas tres cuartos. Inevitablemente llegue tarde a mi trabajo, estaba muy molesta porque ese cambio de ropa hizo a todos normales otra vez. No soy la mujer más hermosa del mundo, pero me siento bonita y se vestirme bien, y me da mucho coraje cambiar todo por miedo a que me digan algo, por miedo a que un extraño me dé en verdad una nalgada (experiencia que no le deseo a nadie) u otras cosas peores.
LA REALIDAD
Es que no soy la única a la que le pasa y no sé ustedes, pero al menos yo ahora ya no uso short en la calle, solo cuando voy a la playa o cuando estoy en compañía de algún familiar o amigo es que los uso, cuando estoy en la ciudad donde vivo procuro usarlos con medias abajo, no es muy cómodo, pero prefiero eso a sentirme de ese modo otra vez. Hay mucha ropa que me gustaría usar y no lo hago porque me molesta más lo que me vayan a decir, ciertamente es algo que sigo trabajando en terapia, reforzando esta parte de la autoestima y seguridad, pero es que hombres así no ayudan. A mi también me gustan las mujeres y no por eso les ando diciendo cosas así en la calle, no veo la excusa o la intención de llamarle piropo cuando no lo es.
Hay que dejar de decirle piropo a lo que en realidad es ACOSO CALLEJERO, si una mujer no te pide tu opinión sobre como se ve, no la des, especialmente si no la conoces. No normalicemos estas acciones, porque la realidad es que nos dejan con secuelas, inseguridades y tristemente es algo que toda mujer llega a experimentar en su vida.
SABIAS QUE
Datos del INEGI del año pasado (2020) confirman que el 19.4% de las mujeres mayores de 18 años ha sufrido acoso, el 27.2% enfrenta a su acosador y el 72.9% se siente insegura en su ciudad. Es hora de alzar la voz porque #FuimosTodas y juntas haremos el cambio.
Siéntete en la libertad de dejarnos tus comentarios, ¿te ha pasado?,¿Qué sentiste cuando paso?, me encantará leerte y acompañarte en esta experiencia, porque no estás sola y en este espacio estamos para ti.
Ángela Martínez
SIGUEME EN:
Facebook | @unangiemtz
Instagram | @criminologia_con_te
Así es, hay de desnormalizar ese acoso callejero, en este espacio estamos para escuchar todas las voces y muchas gracias por compartirnos, no estas sola 💜
Pues por eso muchas mujeres dejamos de usar ciertas ropas aunque nos agraden por los piropos no pedidos en la calle yo soy una de ellas siempre me vesri de forma muy aseñorada para no llamar la atención y ahora que soy una señora sigo con la misma inseguridad de vestirme como a mi me gustaria por no llamar la atención.