ROMPAMOS EL PATRÓN
Actualizado: 20 jun 2023
He tenido la suerte de crecer sin ningún tipo de acoso y/o abuso sexual que lamentar (o al menos de manera grave) y todo esto a sido por la madre sobreprotectora que he tenido.
La relación con mi madre no ha sido siempre la mejor, constantemente me quejo de que me ha sobreprotegido mucho al grado de que me hizo un ser humano cero independiente y poco funcional. Sin embargo, he leído tantas historias de abuso sexual, desapariciones, agresiones, etc., que realmente le estoy agradecida, pues sé que, gracias a ella, hasta el momento (y espero que siempre sea así), no tengo historias personales de abuso que lamentar.
Sin embargo, los consejos que siempre escuche de mi familia fueron:
No andes tarde para que no te pase nada.
Siempre debes salir acompañada.
No uses falda o vestidos cortos o pareceras una prostituta.
No enseñes mucho o te estas exponiendo.
No le des alas a los hombres, recuerda que el hombre llega hasta donde la mujer lo permite.
No debes andar con puro hombre, hablarán de ti.
La amistad entre hombres y mujeres no existe.
Compórtate como señorita.
Todos los hombres son malos y son unos desgraciados.
Cuando seas madre lo entenderás.
¿Qué creen? Ya soy mamá...
Mamá de un niño maravilloso que amo con todo mi corazón. Pero hoy quiero romper el patrón. No quiero que mi hijo crezca escuchando esos consejos, no quiero criar a un pequeño que crezca con la idea de que la ropa que use una mujer determina el respeto que debe darle, que si tiene muchos amigos es una chica fácil o que por el hecho de ser hombre vale más que una mujer.
Desde que me case, mi esposo me ayudo a sacar la feminista que tengo dentro, me ha ayudado a armarme de valor para romper ideas que tenía grabadas en mi chip y que me hacían mucho daño. Él es un hombre maravilloso, más allá de amarlo por ser mi esposo, lo amo por el ser humano que es, y ahí desmentí eso de que todos los hombres son iguales. Por eso mismo, estamos criando a un hombre que sepa respetar a una mujer, que ella vale tanto como él.
Me es muy grato, ver que, a sus casi 7 años de edad, lo estamos llevando por un buen camino, pero me entristece que las situaciones por las que lo he comprobado son porque no todos los niños reciben la misma educación. Esto lo comento porque le ha tocado defender a sus compañeras de abusos de otros niños.
Ahora bien, no solo debe entender que las mujeres se respetan, si no que todos los individuos merecen respeto, no importa el género, clase social o condición física.
He sido ampliamente criticada, por que el peso de la maternidad siempre cae en la mujer, pero no me importa, no me importa porque se que, aunque me digan que no puedo cambiar el mundo y estoy exponiendo a mi hijo a burlas, se que estoy criando a un niño con el qué tu hija/o estará segura/o el día de mañana, una persona con valores y un buen ser humano.
Está en nuestras manos romper el patrón, dejar de normalizar conductas violentas, dejar de ser la típica mamá que se identifica por pegarle por todo a los hijos, gritar por todo, hablar con groserías, violencia, y disfrazar todo con: lo hago por qué te amo.
Yo se que no hay un manual para ser padres, pero ser madre no es una obligación por ser mujer. La maternidad debe ser deseada o no será. No se trata de llenarnos de hijos para triunfar como mujer, somos más que seres para procrear. Un hijo es una responsabilidad, primero debemos tener que ofrecer una estabilidad emocional a nuestros pequeños, un ambiente sano y no se hable de economía.
Dejemos de romantizar la maternidad, debemos saber que si traemos al mundo a un nuevo ser, debemos saber guiarlos, darles una nueva perspectiva, que crezcan sintiéndose amados y no una carga. Pero sobre todo, que sean una generación que pueda marcar el cambio, que respeten, que puedan entender que en el mundo no hace falta malicia sino más bondad.
Ale Landa
Autora | Mujer que inspira
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